La Muerte en el Antiguo Egipto |
escrito por Editor VOPUS | |||||||
Oscar Uzcátegui en su libro "Egipto Gnóstico", nos dice: [...] "Que está formada por la repetición de la misma cosa en infinitos aspectos y se hace inteligible a diferentes medidas de tiempo. Como se puede apreciar existen en tales postulados un alcance filosófico que solamente ha venido a ser igualado por la filosofía actual, después de muchas divagaciones que partieron hace muchos siglos: Cada principio refleja un conocimiento de causa al ser expresado. Y es que los egipcios dedicaban gran parte de su vida a bucear a través de la meditación los misterios de la vida y de la muerte.
Uno se asombra al saber que los Faraones uno de los asuntos más trascendente que tenía en su vida es la construcción de su propia tumba. Donde con mucha minuciosidad dejaba plasmado su derecho a través de: cientos de delicadas piezas funerarias, muebles esplendidos y refinados objetos de la vida cotidiana, etc... Los antiguos egipcios concebían la vida como un lugar de paso, donde el ser humano llegaba para pagar su derecho a sumergirse en los mundos suprasensibles de conciencia alcanzando la felicidad. Pero ¿por qué el faraón se enterraba con tan impresionante tesoro? Y si, una vez sellada, la tumba jamás tenía que abrirse ¿por qué se decoraba con tan hermosas pinturas, que nadie podría contemplar jamás? Hablar de tumbas del antiguo Egipto es entrar en un mundo lleno de simbología, en el que nada se hacía porque sí: TODO RESPONDE A UN MOTIVO SIMBÓLICO O FUNCIONAL No hay ninguna sepultura igual a otra. Y a pesar de ello se pueden apreciar siempre un paralelismo religioso en todas las tumbas. Cada una de ellas se compone de salas y pasadizos o corredores con una clara intención: las tumbas parecen representar en sí mismas el viaje del difunto en el otro mundo, de ahí que sigan el eje este-oeste, especialmente a partir de la dinastía XIX. Los expertos creen ver estas estructuras –formadas por una serie seguida de cuatro pasillos que se componen de escaleras o rampas, siempre descendiendo hacia el interior de la tierra- un intento de simular los pasadizos que había en el interior de las pirámides del Imperio Medio, tal vez como los tortuosos caminos del Más allá, llenos de amenazas. Si el difunto, como el sol, no conseguía salir al día siguiente, no resucitará. Los muros de sus pasillos y sus cámaras están repletos de imágenes mitológicas, escenas de divinidades, genios, enemigos y peligros que tienen que ver con el viaje de Ra en el Más allá. Este Dios, el Sol tiene un ciclo eterno, el ciclo de la vida y de la muerte, del día y de la noche. Cada día el sol sale por el este y da vida al país del Nilo. De la misma manera, cuando llega el atardecer el sol se esconde por el horizonte, muere tras las montañas de Occidente. Durante la noche multitud de enemigos y peligros le acecharán en su viaje por el mundo subterráneo o intentarán destruirlo para que no vuelva a salir al día siguiente. Pero Ra, con la ayuda de las divinidades, volverá a salir a la luz, como cada día. Estos viajes quedan reflejados en libros extraordinarios, escritos durante el Imperio Nuevo por los teólogos o sacerdotes de Ra para ilustrar el viaje del Faraón hacia su Real Ser Interior Profundo representado en Ra. El faraón se unirá a la divinidad en su barca durante el viaje de la noche y con Él se enfrentara a los diversos peligros del Camino hacia la Eterna Felicidad. Por este motivo el Faraón copiará y reproducirá los textos y las escenas con las fórmulas de Ra, porque la imagen y la escritura en el antiguo Egipto poseían la magia de la sabiduría. La decoración de la tumbas reales durante el imperio nuevo puede considerarse como mapas detallados del viaje hacia el Sol, hacia la Autorrealización Intima del Ser. Existen diferentes libros que nos hablan de ese mundo mitológico de los antiguos egipcios. Quizas el más conocido sea el Libro de los Muertos, o conocido en la antigüedad como "Peri Em Heru" ("Libro para salir al día"). Accesible a toda la población egipcia, contenía fórmulas para salvar los peligros del mundo subterráneo DUAT, pasar el Juicio de Osiris y viajar al Aaru (Yaaru, Iaru, o Aalu), lugar paradisiaco donde reinaba Osiris, lugar donde reinaba la GRAN LUZ, EL ETERNO DIA DE LA DIVINIDAD. Comentarios (3)
Jessica gascon said:
domenica domenech muñoz said:
pro said:
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