La Integración del Ser y el Saber |
escrito por Editor VOPUS | |
Es necesario comprender la labor que estamos realizando sobre nosotros mismos en la Gnosis. Ante todo, se necesita, pues, hacer Conciencia de lo que es el Saber Esotérico-Gnóstico, Iniciático, y lo que es la Comprensión. Obviamente, sólo del SER Y EL SABER debidamente unificados, surge la llamarada de la COMPRENSIÓN CREADORA... Si tomáramos, dijéramos, a una persona común y corriente, a una persona de esas ignorante para hacer de ella algo mejor, ¿por dónde habríamos de comenzar? En primer punto de vista, hallaríamos que esa persona no sabe nada; en segundo punto, descubriríamos que el Ser de esa persona no tiene ningún desarrollo íntimo; entonces necesitamos ver el doble aspecto de cada uno; si es que se quiere hacer una buena labor. Habríamos de comenzar por el Ser; pues esta persona estaría llena de ira, llena de odios, de rencores, de envidias, etc., etc., ¿cómo haríamos para que esa persona fuera mejor? Se necesitaría mucha paciencia, ¿no? Habría que despertarle el anhelo de ser mejor; sólo después podría impartírsele el CONOCIMIENTO GNÓSTICO, la Sabiduría, el Saber. Así, pues, Ser y Saber son diferentes. Alguien puede tener mucha sapiencia: Puede saber, por ejemplo, fabricar automóviles; puede conocer la medicina, la jurisprudencia, o podría haber estudiado realmente en diversas escuelas de tipo pseudo-esotérico, pseudo-ocultista, y poseer una gran erudición, no se sabe; pero podría suceder que esa persona tuviese una moral muy baja. Así, pues, Ser y Saber son distintos, completamente diferentes; y esto es algo que nosotros debemos tratar de comprender cabalmente... Incuestionablemente, lo más importante para nosotros los gnósticos es el Ser. ¿De qué serviría poseer una gran erudición si no tenemos desarrollado el SER INTERNO, y poseemos, dijéramos, defectos horripilantes? De nada serviría eso, ¿verdad? Alguien que ha estudiado muchas obras pseudo-esotéricas, y sin embargo es capaz de robar, es capaz de fornicar, de adulterar..., pero obviamente puede saber mucha Yoga, puede haber leído mucha Teosofía, ¿de qué sirve eso? Lo más importante es el Ser... Ahora, Ser y Saber son muy relativos; existen distintos GRADOS DE SABER. Hay personas que pueden saber más, por ejemplo en cuestión de medicina que otras; hay técnicos que saben más en materia automovilística que otros; hay astrónomos más eruditos que otros; eso es muy relativo. Y en cuanto al Ser, también es muy relativo: Unos tienen más desarrollado el Ser que otros; no hay duda de que el Ser, por ejemplo, de un Santo, está más desarrollado que el de un perverso. Hay distintos NIVELES DEL SER así pues, también eso es relativo. Sin embargo, Ser y Saber, como dije, son distintos. De alguien que tiene conocimientos, por ejemplo en materia de cosmografía, diríamos que lo que conoce es verdadero o es falso; de alguien que tiene un conocimiento grande en geografía, podríamos decir que su conocimiento está exacto o equivocado. Pero en cuestiones del Ser, no cabe eso de verdadero y falso, equivocado o exacto, sino bueno o malo: “Fulano de tal es un buen hombre”, “mengano es un mal hombre”. Y si es muy erudito y muy sapiente, pero es un sujeto malo, se dice de él que “es una mala persona;” pero si es un sujeto bueno, se dice de él que “es buena gente”. Así pues, eso es diferente; los términos para designar pues al Ser o para designar al conocimiento son diferentes... En la Gnosis se necesita, pues, un equilibrio muy especial; se necesita, para entrar en estos estudios y en estos trabajos en que nosotros estamos, haber alcanzado el nivel aquél que se llama “EL DEL BUEN DUEÑO DE CASA.” Resulta interesante, en los Evangelios, esto del “Buen Dueño de Casa”; es algo que nos invita a la reflexión... Sabemos que el Buen Dueño de Casa, pues, podría convertirse en algo mejor si aspira o si anhela; pero si no tiene ANHELO ESPIRITUAL ninguno, obviamente se convierte, dijéramos, en un Fariseo que ha de involucionar en el tiempo; de manera que del Buen Dueño de Casa puede salir UN INICIADO O UN FARISEO. En todo caso, para entrar en estos estudios Esotérico-Gnósticos, se necesita haber llegado al nivel del Buen Dueño de Casa. Un tipo lunático, por ejemplo, caprichoso, lunático, difícil, no es precisamente un elemento que pueda servir para estos estudios en que nosotros estamos; un sujeto que no cumple con sus deberes de hogar, que es mal padre, mala esposa o mal esposo; que trata mal al cónyuge, sea éste hombre o mujer, o que abandona su hogar por tal o cual motivo, incuestionablemente no es un Buen Dueño de Casa. Claro, en lo que yo estoy diciendo caben ciertas excepciones muy justas; pero hablo en el simple estilo general, porque de nada serviría ser uno un Buen Dueño de Casa si la mujer, pues, le es infiel, como se dice vulgarmente, ¿no?: “Si le pone sus buenos cuernos”, ¿no? Alguien por ahí salió con un chiste muy simpático que decía, pues:
En todo eso, aunque parezca chiste, hay mucho de cierto; de nada serviría, pues, que el hombre fuera muy fiel y la mujer le ponga los cuernos, o viceversa también. En todo caso, se necesita ser un Buen Dueño de Casa: Una persona decente, equilibrada, antes de poder entrar en el Sendero de la Gnosis... Como no estoy citando nombres ni apellidos, obviamente no estoy murmurando de nadie; estoy mencionando “la seña” pero no “el Santo,” (no es importante)... Lo que sí quiero continuar diciéndoles, es que aquel buen hombre, de un fanatismo si se quiere extraño, (era vegetariano) sabía, no ignoraba que tenía que disolver los distintos elementos inhumanos que constituyen el Ego, pero maltrataba a su esposa y a sus hijos; éstos sufrían lo indecible... Aquel buen hombre, pues, era millonario, inmensamente rico, mas desafortunadamente, en la casa abundaba cierta miseria; la infeliz mujer no tenía ni siquiera dinero disponible, ni como para vestirse, pero él tenía “deseos de llegar al Padre”... Practicaba, eso sí, el Sahaja Maithuna con cuanta mujer se le atravesaba, pero era muy guapo y “quería llegar al Padre;” defendía el amor, como base de todo lo que es, ha sido y será, pero azotaba a sus hijos, horriblemente... En alguna ocasión compré yo dos pajarillos; por ahí un vendedor de aves que pasaba cerca me los ofreció y yo los compré; no los compré con la intención de mantenerlos encerrados toda la vida en sus celdas, no: los compré con la intención de enseñarlos a volar, porque ya habían perdido pues, esa habilidad, y después de que ya supieran, ponerlos en libertad. Durante algunos días los solté de la jaula, dentro del apartamento donde vivía, y éstos volaban deliciosamente ahí; yo me sentía muy feliz viendo aquellas avecillas; no aguardaba sino a que tuvieran práctica para poderles ya abrir las ventanas y que se fueran, pues el vuelo era muy torpe todavía. Un día de esos tantos, aquel buen hombre, compadecido de aquellas aves, llegó a mí diciéndome:
El hombre guardó silencio; nunca vi realmente que él hubiera abogado por esas aves. Era inmensamente rico, y nunca faltaban realmente por allí vendedores de pájaros; era fácil comprar una jaula y poner en libertad las aves, pero él solamente se fijaba en “mi error”... Bueno, al fin, un día cualquiera, no importa cual, ya las avecillas estaban listas; abrí la ventana para que se fueran; partieron ellas naturalmente; jamás volvieron; ya las había entrenado en el vuelo y pudieron irse dichosas. ¡Qué alivio! Parece que mi amigo se sintió muy aliviado por haber puesto a esas aves en libertad, pero jamás vi que él hiciera lo mismo; tantos vendedores de pájaros que hay por las calles, tantos que pasaban por aquella casa, nunca le vi comprar unos pájaros de esos, pero el “aspiraba llegar al Padre” trabajaba en muchos ejercicios esotéricos, etc., etc. Bueno, cualquier día de esos tantos, murió, pues, el padre de su esposa, es decir, su suegro; claro, le dejó a su esposa, pues, modesta fortuna. De inmediato exigió a su mujer le entregara todo lo que ella había recibido como herencia, que se lo entregara a él; alegó, pues, que él era su marido, y él era el que debería tener ese capital en su poder: Algunas hermosas tierras, un rancho muy bello, etc., etc. Naturalmente, la pobre mujer reaccionó un poco; pensó para sí: “Si este hombre es un ogro, ¿qué esperanza puedo tener en él? Y si me quita lo que me ha dejado mi padre, entonces, ¿qué haré el día en que él me arroje de la casa con los pies?” Y definitivamente, resolvió ofrecerle tan sólo una modesta suma, por ahí unos cincuenta mil o cien mil pesos, nada más, como para tenerlo contento; claro que por aquella época, cincuenta mil o cien mi pesos era algo terrible... ¿Recuerdan ustedes que hace unos cuantos años había un dicho que decía: “No hay general que resista un cañonazo de cincuenta mil pesos?” Era verdad, ¿no? Bueno, el hombre se enfureció contra la infeliz mujer, y claro, le exigió que firmara el divorcio. Como ella no quisiese divorciarse, entonces le dijo: “Bueno, si usted no se divorcia, si no acepta el divorcio, pues, vamos a tener que ir ante... (bueno, esos juzgados donde pelean cuestión de litigios, no recuerdo ahorita su nombre)... Se divorció. Sus hijos, incuestionablemente, tuvieron que pasar muchos sufrimientos, y al fin, la infeliz mujer se fue para su tierra... ¿Qué creen ustedes? Pero él era de una actitud muy mística, inefable; solamente me hablaba de las cosas Divinas, de la Senda que quería recorrer, del Amor que sentía por su Padre que está en Secreto. Desafortunadamente, su hijita por un lado, sus hijitos por otro, su pobre mujer corrida porque no le entregó la fortuna.. Pero él era un “Santo;” quería seguir por esa Senda Purísima que lleva a la Autorrealización Íntima; practicaba la Meditación tres o cuatro horas diarias; Magia Sexual, eso sí, con quien se presentaba, pero él seguía siendo un “Santo”... Bueno, si he dicho esto, no he citado nombres ni apellidos; por eso no estoy murmurando; si citara nombres y apellidos estaría metiendo la pata; pero no, no estoy citando nombres ni apellidos. Entonces les repito: estoy haciendo el relato, mostrando “las señas,” pero no “el Santo”... La cruda realidad de los hechos es que este hombre no era el Buen Dueño de Casa; cuando no se es el Buen Dueño de Casa, es claro, no se está preparado tampoco para meterse uno en la Senda del Filo de la Navaja... Por ahí me lo encontré algún día de esos tantos; me preguntó sobre el Esoterismo, sobre la Gnosis, el Ocultismo, sobre todas estas cosas... Le dije:
Conclusión, pues, sencillamente lo corté como se dice crudamente, ¿no? Me convencí de que no era un Buen Dueño de Casa y que por lo tanto no serviría jamás para estos Estudios Esotéricos”... Si he hecho este relato, es con el objeto de que ustedes comprendan que el basamento de estos estudios empieza por haber alcanzado el nivel del Buen Dueño de Casa: buen esposo, buen padre, buen hermano, buen amigo; el hombre que ve por su hogar, la mujer que ve por el suyo; en fin, y si no es casada la mujer, pues bueno, será la buena hija, la buena hermana, la mujer de hogar... Y si es un hombre y no es casado, será por lo menos el buen hombre que ve por los suyos, o por sus familiares, y si no los tiene, pues entonces cumplirá con los deberes que existen para con toda la Humanidad en general. Pero en general, si uno no ha alcanzado el nivel del Buen Dueño de Casa, no sirve para estos estudios; tiene que ser uno una persona decente, que no sea lunática, una persona equilibrada, etc. Ahora bien, obviamente que hay algo también muy interesante: Es eso que se le llama el “CENTRO MAGNÉTICO;” algunas personas poseen ese Centro Magnético; otras personas no lo poseen. Por lo común, cuando uno siente atracción por estos estudios, es porque tiene el Centro Magnético establecido en su psiquis; si no, no sentirá atracción ninguna... Recuerdo cómo nació en mí la atracción por estos estudios. Claro, yo cambié de cuerpo, les digo a ustedes, sinceramente, a voluntad; yo me metí entre este cuerpo a voluntad; dejé el pasado cuerpo a voluntad, y me tomé éste a voluntad; pero sentí, en mi presente existencia, esa “punzada,” como se dice, por los Estudios Esotérico-Gnósticos; cuando todavía era un niño, por ahí de unos ocho años, fui al campo, y en contacto con la Gran Naturaleza, contemplando un amanecer, sentí una corazonada terrible, y me llegó a doler el corazón; el anhelo por las cosas Divinas; y me vi a mí mismo completo; en esos instantes... ...Al leer un libro sagrado sienten el anhelo de saber algo más y por un instante, parece que se vieran a sí mismo; tienen ese CENTRO DE CONCIENCIA... Si ustedes alguna vez han sentido esa “punzada” sabrán lo que yo les estoy diciendo. De manera que es muy importante eso de tener un Centro de Gravedad, un Centro Magnético formado, porque debido a eso, viene uno a esta clase de estudios. Sí, mis queridos hermanos, que lo que nosotros queremos es, ante todo, llegar a la UNIDAD DE LA VIDA LIBRE EN SU MOVIMIENTO. Desgraciadamente, dentro de cada uno de nosotros, dentro de cada persona hay muchas personas; no gozamos de una verdadera INDIVIDUALIDAD SAGRADA; pero en ciertos momentos de supremo dolor, sentimos que en el fondo tenemos una Individualidad Sagrada... Desgraciadamente les digo: Somos muchos, es decir cada uno de nosotros es mucha gente, es legión... Bueno, lo que queremos es alcanzar la Unidad de la Vida, integrarnos, convertirnos en Individuos Sagrados, y eso es posible trabajando sobre nosotros mismos, eliminando nuestros propios errores psicológicos; si lo logramos, nos convertimos en Individuos Sagrados... La diferencia entre persona y persona está en los distintos Niveles del Ser. Cuanto más cerca se esté de la Individualidad Sagrada, pues se está, naturalmente, más exaltado; cuanto más lejos se encuentre uno de su propia Individualidad Sagrada, pues posee un Nivel de Ser más bajo. El conocimiento que estamos impartiendo a los demas, estoy seguro de que no será asimilado por todos en forma absolutamente igual; cada cual lo asimilará de acuerdo con el Nivel del Ser en que se encuentra. Unos lo comprenderán más, otros menos; es imposible que todos lo comprendan o asimilen en forma igual. Así pues, como quiera que el tiempo nos apremia, y que él es el peor verdugo que tenemos, concluiremos diciendo que solamente uniendo el Ser y el Saber se llega a la COMPRENSIÓN VERDADERA, y que sólo con Comprensión Verdadera podemos trabajar sobre nosotros mismos para pasar a un Nivel de Ser, o a otros Niveles de Ser más elevados. Necesitamos hacernos íntegros, uni-totales, y eso solamente es posible subiendo por distintos escalones que forman los Niveles del Ser. EL SENDERO COMIENZA EN LA CASA, y si las condiciones que tenemos en la casa son nefastas, pues tanto mejor para nosotros; quiere decir que el GIMNASIO es superior. Cuando uno vive en función del Trabajo Esotérico y para el Trabajo Esotérico, obviamente mientras más duro sea el Gimnasio, tanto mejor... Comentarios (0)
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