Hawking y el Universo sin Dios |
escrito por Editor VOPUS | |||||
Desde que el ser humano ha pisado el tapete de la creación ha habido en su interior tres interrogantes que nos han inquietado continuamente: ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? Y ¿Cuál es el objetivo de la vida? Como investigadores de la verdad no podemos admitir que solamente nacemos, vivimos y morimos, por el mero hecho de hacerlo y eso es todo; por la simple lógica de que al inquietarnos estas interrogantes, es un indicativo indiscutible de que en nuestro interior sabemos que hay algo más que el mero hecho de vivir por vivir. En la vida sufrimos, lloramos, nos enfermamos, a veces nos reímos y lo pasamos bien…No hay nadie en el mundo que no haya sufrido una enfermedad, una decepción, que no haya sufrido para conseguir algo, y un sinfín de sufrimiento que caracterizan nuestra existencia. Y todo esto ¿para qué? ¿por qué? La vida sin la existencia de una inteligencia superior que nos permita realmente dar sentido a este intrínseco laberinto de amarguras que es la vida, realmente no sería vida sino tiranía, burla de la más cruel. En septiembre de este mismo año 2010 el enigmático Matemático y Científico Stephen Hawking junto con el Científico Leonard Mlodinov publico un libro titulado “EL GRAN DISEÑO”. Donde nos explica que todo el Universo se originó de la consecuencia inevitable de las leyes de la física y no de ninguna mente superior o Dios. Llevándonos a la reflexión, expondremos una anécdota del eminente científico Sir Isaac Newton, donde nos explica con sencillez y lógica contundente la inevitable expresión de Dios en la creación. En cierta ocasión Newton hizo que un hábil mecánico le hiciera un modelo del Sistema Solar. Bolas que representaban los planetas estaban engranadas juntas de modo que su movimiento en órbita fuera conforme a la realidad. Un día un amigo ateo visitó a Newton. Al ver el modelo, lo hizo funcionar, y exclamó lleno de admiración: "¿Quién lo hizo?" Newton respondió: "¡Nadie!" Hacia el final del libro Hawking y Mlodinov reconocen que las leyes de la naturaleza nos dicen cómo se comporta el Universo pero no responde a las preguntas de quien creó esas leyes de la naturaleza evitando el riesgo de la idea de Dios. Es innegable que si hay una mecánica tiene que haber un mecánico, tiene que haber una inteligencia superior que provoque dicha mecánica, dichas leyes. El V.M. Samael Aun Weor nos ilustra otra anécdota donde nos hace reflexionar, en este importante tema: "Por ahí anda un necio que echó una gota de aceite, entre un vaso con agua; con un palillo se propuso hacer girar la gota de aceite, se extendieron anillos que luego quedaron girando alrededor de la gota central, y dijo: -¡Ah, sí, así se formó el Universo! Le preguntan: -¿Y entonces qué? ¿Y Dios? -Yo no he necesitado de Dios, vea cómo se forma... ¡Pero bien tonto! No se da cuenta de que en su teoría, está él haciendo el papel de Dios; pues él, con ese movimiento, está haciendo girar el aceite ese, las gotas de aceite alrededor del núcleo central. Sin embargo, es tan necio que no se da cuenta que necesitó de la inteligencia que moviera la mano; él ocupó su puesto momentáneamente… Sola la gota de aceite no giraría, ni se extenderían anillos; necesitó de una mano que la moviera, o de un impulso inteligente. Pero el cínico ese, el tonto ese, está haciendo el papel de Dios, y sin embargo, negando a Dios...” Aunque alguien en una noche oscura confunda una estrella con una luciérnaga, la estrella seguirá siendo estrella, y la luciérnaga seguirá siendo luciérnaga. Aunque muchos estén empeñados en que Dios no existe, la magia capaz de crear vida y ponernos en el tapete de la existencia se expresa cada día, a cada instante en toda la creación, y este potencial de crear vida no ha sido ni será igualado por ningún ser humano, porque ese potencial es Dios. Stephen Hawking dijo al diario español El País, donde fue publicado el primer capítulo del libro: "Dado que existe una ley como la de la Gravedad, el Universo pudo crearse a sí mismo -y de hecho lo hizo- de la nada. La creación espontánea es la razón de que exista algo, de que exista el Universo, de que nosotros existamos. Para eso no es necesario invocar a Dios". Hawking se olvida por completo que no hay en la naturaleza ninguna creación de vida espontánea. Cada vida que nace en la creación tiene sus leyes y dentro de esas leyes una fuerza magnánima (la Fuerza de Dios) que hace posible que se cumplan dichas leyes y por lo tanto se haga posible una nueva vida en la creación. Nos explica el V.M. Samael Aun Weor, en su magistral libro “LA REVOLUCIÓN DE LA DIALECTICA”: “Pongamos sobre el tapete de un laboratorio los elementos químicos que se necesitan para fabricar un zoospermo y un óvulo. Digámosles a los científicos que hagan el óvulo y el zoospermo. ¿Lo harían? Yo digo que sí. Pero ¿Tendrían vida? ¿Podría acaso salir una criatura viviente? Nunca, jamás, porque ellos no saben crear vida. Entonces, ¿con qué pruebas niegan las inteligencias superiores o creadoras? Si no son capaces ni siquiera de crear la semilla de un árbol, una semilla que pueda germinar. ¿Cuál es la base que tienen los materialistas para negar a las Inteligencias Creadoras? ¿Por qué se pronuncian contra el Eterno? ¿Ha podido algún científico materialista crear la vida? ¿Cuándo? Jugar con lo que la naturaleza ya ha hecho es cosa fácil, pero hacer vida es diferente. Ningún científico puede hacerla...” Remitiéndonos a las palabras del V.M. Samael les diremos a los Señores Científicos que es muy fácil jugar con lo que ya está hecho pero ¿Qué científico ha podido superar el milagro de crear vida? ¿Qué científico sin jugar con lo que ya está hecho, ha creado vida? Muy fácil es crear teorías y más teorías que nunca se han comprobado. Lo difícil es agarrar la escalera de la humildad y escalar hasta comprobar, este es el merito del auténtico y verdadero investigador y científico. Stephen Hawking, sigue diciendo en el diario "EL PAÍS": "Cada Universo tiene muchas historias posibles y muchos estados posibles en instantes posteriores, es decir, en instantes como el actual, transcurrido mucho tiempo desde su creación. La mayoría de tales estados será muy diferente del Universo que observamos y resultará inadecuada para la existencia de cualquier forma de vida. Sólo unos pocos de ellos permitirían la existencia de criaturas como nosotros. Así pues, nuestra presencia selecciona de este vasto conjunto solo aquellos Universos que son compatibles con nuestra existencia. Aunque somos pequeños e insignificantes a escala cósmica, ellos nos hacen en un cierto sentido Señores de la Creación". A esta cuestión George Ellis, físico teórico de la Universidad de Cape Town, en Sudáfrica, dijo lo siguiente: “La alarma es que postula la idea de multitudes de Universos que no se pueden observar, lo que hace esta idea inestable." Los hombres de ciencia son los que dicen que ver para que creer, que necesitan ver un acontecimiento para decir que verdaderamente existe. Sr. Hawking:
Se sabe que el planeta Tierra es como la punta de un alfiler en comparación al inmenso Universo en el cual vivimos. Siendo el ser humano tan infinitesimalmente pequeño, ¿Cómo es posible saber cómo se creó el Universo en su inmensidad si ni siquiera nos hemos conocido a nosotros que somos tan pequeños? Finalizaremos este artículo reflexionando en el misterio del hombre y su creación adentrándonos en el pensamiento griego de los grandes filósofos y amantes de la verdad: “Hombre, conócete a ti mismo, y conocerás al Universo y a los Dioses”. Comentarios (2)
hernando sanchez said:
LUZ MA. RODRIGUEZ C. said:
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